La reciente reelección de Donald Trump como próximo presidente de los Estados Unidos puede llevar a la Unión Europea a cambios significativos en sus políticas, buscando reformar su relación transatlántica y reforzar su impulso por la autonomía estratégica. Sin embargo, dado que la UE aún está en proceso de nombrar al nuevo Colegio de Comisarios -y que se espera que el Consejo Europeo y la Comisión emitan una declaración sobre el tema este próximo miércoles 13 de noviembre-, todavía es demasiado pronto para evaluar el impacto completo de este hecho en la agenda de la UE. A continuación, desglosamos diez de los ámbitos prioritarios para la UE en los que la presidencia de Trump podría influir.
1. Autonomía estratégica e independencia económica
El lema de Trump “America First” (“América primero”) ha sido todo un incentivo para que la UE fortalezca su independencia económica. Si bien muchos responsables políticos de la UE ven a Estados Unidos como un socio clave, con Trump resurge la necesidad de equilibrar esta relación a través de una mayor autosuficiencia europea. La reindustrialización, el apoyo a la innovación y las iniciativas de competitividad serán muy probablemente prioridades, en especial en lo que respecta a nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y la computación cuántica. Además, la UE podría plantearse diversificar a sus socios, buscando ir más allá de Estados Unidos para reducir la dependencia de su apoyo.
2. Enfoque industrial en la política tecnológica
La elección de Trump dará mayor credibilidad a la defensa de la UE de un enfoque más industrial en política tecnológica. Los responsables políticos de la UE son cada vez más conscientes de la dependencia excesiva de la infraestructura tecnológica estadounidense, y tanto los ministros nacionales europeos como los grupos tecnológicos abogan por una mayor soberanía digital. En consecuencia, se espera que iniciativas de la UE como la Estrategia de Datos de la UE, la Ley de Redes Digitales y la Ley de Desarrollo de Nube/IA destaquen en su componente industrial, con el objetivo de fortalecer la autonomía europea en el ámbito tecnológico crítico.
3. Reevaluación del Consejo de Comercio y Tecnología (TTC)
El futuro del Consejo de Comercio y Tecnología (TTC), un foro establecido en 2021 para coordinar la política tecnológica transatlántica, podría verse afectado por el enfoque doméstico de Trump. Esto podría llevar a una despriorización de estos esfuerzos de cooperación, debilitando la alineación transatlántica en cuestiones como los semiconductores y los estándares de IA.
4. Desafíos al Reglamento Digital de la UE
La elección de Trump generará nuevas preocupaciones en cuanto a los esfuerzos actuales de aplicación de las regulaciones digitales de la UE, especialmente en la Ley de Servicios Digitales. En línea con las opiniones de destacados seguidores suyos, como Elon Musk, Trump ha sido claro en su oposición a las políticas digitales y de competencia de la UE, que considera una amenaza al poder de las empresas estadounidenses.
5. Regulación de la inteligencia artificial y competencia
La intención de Trump de rescindir la orden ejecutiva de Biden de 2023, que llevaba a las agencias a regular la inteligencia artificial (IA), señala una preferencia por un enfoque más laissez-faire. En términos de competencia, se espera que Trump adopte una postura más indulgente en las investigaciones antimonopolio, particularmente en aquellas que involucran empresas de IA. Una decisión que podría ampliar la brecha regulatoria entre Estados Unidos y la UE, lo que posiblemente llevaría a la UE a ajustar su enfoque a las reglas de fusiones para permitir que “campeones” europeos compitan en el escenario global. Esto alentaría a la UE a simplificar aún más su entorno regulatorio, como recomienda el Informe Draghi, para facilitar el crecimiento de las empresas europeas.
6. Prioridades de defensa y ciberseguridad
La ambivalencia de Trump hacia la OTAN y su posible reducción en el apoyo a Ucrania podrían tener un impacto significativo en las prioridades de defensa de la UE. Sus anteriores críticas a la OTAN generan preocupación sobre cómo un papel limitado de Estados Unidos podría dejar a Europa más expuesta, lo que llevaría a los líderes de la UE a asumir una mayor responsabilidad en la seguridad de la región. Para contrarrestar este posible distanciamiento de Estados Unidos, la UE podría dar prioridad a iniciativas como la Estrategia Industrial de Defensa Europea (EDIS) y el Programa de la Industria de Defensa Europea (EDIP), como prevé el Informe Draghi, apoyando a las industrias de defensa europeas y fortaleciendo su autonomía. Además, si Estados Unidos se distancia de la OTAN, podría afectar las capacidades cibernéticas de la alianza. Los esfuerzos internacionales liderados por Estados Unidos para frenar el uso indebido de software espía comercial, por ejemplo, podrían abandonarse, debilitando los esfuerzos globales para abordar abusos de vigilancia.
7. Aranceles comerciales y tensiones económicas
Una administración estadounidense liderada por Trump podría reinstaurar aranceles a productos europeos, exacerbando las disputas comerciales en curso sobre temas como el acero, el aluminio y los subsidios ecológicos. En respuesta, la UE podría tomar represalias, lo que tensaría aún más la relación entre ambas economías. Además, la dependencia de la UE de los suministros tecnológicos de China (por ejemplo, para equipos de telecomunicaciones, maquinaria eléctrica y dispositivos de procesamiento de datos) podría verse afectada por las restricciones comerciales intensificadas de Trump hacia China, lo que impulsaría a la UE a buscar una mayor autosuficiencia industrial.
8. Política climática y energética
La retirada anticipada de Trump del Acuerdo de París afectaría a los esfuerzos climáticos globales, presionando a la UE para asumir un papel de liderazgo, comenzando por la COP29 en Bakú. Aunque la administración de Biden todavía representa a Estados Unidos, la próxima presidencia de Trump arroja dudas sobre la confiabilidad de cualquier compromiso o promesa de EE.UU. en Azerbaiyán.
Si bien la UE está desarrollando su trayectoria de descarbonización de manera independiente, las políticas energéticas e industriales domésticas de Trump podrían afectar indirectamente en la búsqueda de esa competitividad sostenible de la UE.
Por un lado, aunque es poco probable que Trump desmantele por completo la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) – dado el impacto positivo que ha tenido en la economía estadounidense y su popularidad en distritos republicanos – probablemente ralentizará su implementación en ciertos sectores. Esto podría reducir la atracción del mercado estadounidense para las industrias de tecnología limpia, lo que apoyaría los esfuerzos de la UE para aumentar la producción doméstica de tecnología limpia. Por otro lado, la promesa de Trump de reducir los precios de la energía podría representar una alternativa atractiva para las empresas europeas, profundizando aún más en la ya significativa brecha de precios de energía entre la UE y Estados Unidos.
9. Autonomía financiera y Unión de Mercados de Capitales
Las políticas proteccionistas de Trump podrían resaltar la necesidad de la UE de reducir su dependencia de los mercados de capitales de EE.UU. Siguiendo las recomendaciones del Informe Draghi, la UE podría acelerar su Unión de Mercados de Capitales para brindar a las empresas y startups europeas un mejor acceso a financiación local. Una menor dependencia del modelo bancario podría permitir a Europa fortalecer su autonomía financiera, reduciendo su vulnerabilidad a los cambios en la política financiera de EE.UU. y fomentando un mercado europeo resiliente.
10. Desestabilización de la Integración Europea
Trump ha tenido históricamente una relación compleja con los líderes europeos. Sin embargo, en 2024 Trump puede encontrar interlocutores favorables como Giorgia Meloni o Viktor Orbán, quienes podrían compartir ciertos puntos de vista con él. Una mayor alineación con estos líderes podría potencialmente debilitar una visión europea más amplia.
En resumen: la próxima presidencia de Trump probablemente impulsará a la UE a buscar una mayor autonomía estratégica en múltiples áreas políticas, incluyendo tecnología, comercio, clima y defensa. Si bien la asociación transatlántica seguirá siendo crucial, las posturas de Trump llevarán a la UE a adoptar un enfoque más autosuficiente y comprometido a nivel global.
Puedes encontrar el artículo original, en inglés, aquí.
Quentin Philippart de Foy – Manager en Political Intelligence Bruselas, Equipo Digital de la UE