Una vez finalizado el plazo para la presentación de comentarios dentro del periodo de consulta pública al Anteproyecto de Ley de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno presentado por el Ejecutivo, desde Political Intelligence nos permitimos hacer algunas reflexiones, especialmente sobre su impacto en la actividad de los lobistas.
Para nosotros como lobistas profesionales, es particularmente importante insistir en la importancia de la introducción de mecanismos homogéneos y consistentes de transparencia en la elaboración de normas por parte del Gobierno y las Comunidades Autónomas. Como es bien sabido, la actividad normativa de ambas administraciones es profusa, compleja y en ocasiones, tiene un gran impacto en la actividad económica. Sin embargo, se trata de un proceso relativamente opaco en el que los niveles de transparencia dependen en gran medida del Ministerio que corresponda.
Por ello, es necesario insistir en la necesidad de procesos de consulta pública de las normas en su fase de preparación, incluyendo las memorias técnicas, económicas y demás elementos justificativos de la medida. Asimismo, es importante que el Gobierno establezca los mecanismos necesarios que permitan asegurar la participación del conjunto de la sociedad a través de presentación de comentarios, observaciones o propuestas de mejora de textos normativos.
También es necesario para el correcto funcionamiento de los profesionales del lobby conocer los planes de trabajo normativo del Gobierno y de los diferentes Ministerios. Este programa se materializa en algo llamado Calendario Legislativo del Gobierno que no es público y, sin embargo, resulta muy útil a los profesionales de public affairs para la elaboración de estrategias institucionales.
Asimismo, dada la configuración de nuestro país como Estado autonómico, el Gobierno y las Comunidades Autónomas tienen múltiples foros: el Consejo Interterritorial de Salud, el Consejo de Política Fiscal y Financiera, la Agencia Estatal de Administración Tributaria y así sucesivamente en función del tema (educación, sanidad, juego, medioambiente…). La Ley de Transparencia debería permitir hacer públicas la agenda, los puntos a tratar y los asistentes que acuden a las reuniones de estos foros. Normlamente, nos acabamos enterando del contenido de estas muy someramente, por la prensa, y sin reflejar la posición de las distintas Comunidades sobre los temas votados.
En consecuencia, podemos dar la bienvenida a este Anteproyecto de Ley, que pensamos es un paso más en la dirección correcta pero que, sin embargo, deja fuera muchos de los temas que son importante para los lobistas.