Las elecciones anticipadas del pasado 5 de junio en Portugal dieron una clara victoria a la derecha, tanto en la competencia entre las dos principales fuerzas políticas como en el voto dirigido a otros partidos. El Partido Social Demócrata (PSD), de centro-derecha, se impuso al Partido Socialista (PS) de José Sócrates con un 38,6% de los votos frente al 28,1% de su rival. El Partido Popular (CDS-PP) se mantuvo como la tercera fuerza política con un 11,74%, aumentando su representación a 24 diputados. En cambio, el Bloque de Izquierda perdió la mitad de sus escaños, alcanzando un 5,19% de los votos y obteniendo solo 8 diputados. La Coalición Democrática Unitaria (CDU) aumentó su representación en un escaño, a pesar de haber sido menos votada que en 2009, logrando un total de 16 diputados.
Uno de los aspectos más destacados de estas elecciones fue la alta abstención, que alcanzó un 41,1%, lo que demuestra el descontento general de los ciudadanos con la clase política y el escepticismo ante las elecciones, debido a que la agenda de los partidos está fuertemente influenciada por los acuerdos con la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional).
Durante la campaña, la diferencia en intención de voto entre la izquierda y la derecha se amplió, lo que llevó a la derrota del Partido Socialista. José Sócrates, el primer ministro en funciones, renunció a su cargo como secretario general del partido tras los resultados, que fueron los peores obtenidos por el PS en unas elecciones legislativas desde 1987.
Con 105 diputados, el Partido Social Demócrata necesitará del apoyo del Partido Popular para lograr la mayoría absoluta en la Asamblea de la República Portuguesa, que requiere 116 escaños. El líder del PSD, Pedro Passos Coelho, ha sido invitado por el Presidente de la República a formar gobierno, y ha prometido cumplir con los compromisos de la troika, además de fijar objetivos más ambiciosos para la recuperación económica.
Para las empresas españolas con intereses en Portugal, este nuevo escenario político exigirá reajustar sus estrategias institucionales y prestar atención a la agenda económica y sectorial del nuevo gobierno de coalición, que estará marcado por los acuerdos con la troika y la implementación de cambios estructurales.
Foto de Flickr. Autor: Zoonabar