España y la Unión Europea se han comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2050, lo que requiere transformaciones profundas en el modelo energético, respaldadas por avances tecnológicos, innovación y regulación.
Este compromiso implica numerosos retos: la necesidad de descarbonizar sectores clave como el transporte, la industria y la calefacción; asegurar la soberanía energética mediante tecnologías que garanticen el suministro; y abordar la reforma del mercado eléctrico. Además, el contexto geopolítico actual, en el que se incluye la guerra en Ucrania, ha generado retrasos y tensiones en el sector energético, destacando la dependencia de recursos importados.
Sin embargo, las oportunidades que se abren frente al objetivo fijado de transición energética se centran en aprovechar la posición estratégica de España en energías renovables, como la eólica y solar, y su infraestructura para exportar energía limpia. La innovación tecnológica en almacenamiento, redes inteligentes y digitalización también abre posibilidades para el crecimiento económico y la competitividad.
Así, las reformas regulatorias, tanto a nivel nacional como europeo, son determinantes para el éxito de la transición energética. La hiperregulación en el sector exige un seguimiento constante y estrategias adaptativas para enfrentar los desafíos y maximizar los beneficios de una economía sostenible.
El equipo de Political Intelligence, liderado por nuestra Manager Andra Vasiu, ha preparado un nuevo #InformePI en el que analiza la agenda, los retos y oportunidades del sector energético. Puedes leerlo y descargarlo de manera gratuita en este enlace.